Todo buen superviviente necesita tener conocimientos financieros, para poder hacer frente al terrorismo economico que inpera en estos tiempos. Para los que acaban de empezar en este mundo, voy a escribir un manual de contraterrorismo económico. Trazando unas lineas generales para proteger los ahorros dependiendo de los diferentes escenarios que pueden darse. Aunque lo más importante para que estas estrategias surtan efecto es saber anticiparse.
Hoy vamos a ver los escenarios de inflación, hiperinflación y deflación.
Inflación creciente
Cuando la moneda se devalua por encima del IPC acostumbrado.
El modus operandi más sencillo es el de la conocida "impresora de billetes". Los ahorros en dinero pierden valor como en los años ochenta. Los endeudados son los más beneficiados (su deuda cada vez tiene menos valor) y los ahorradores salen claramente perjudicados (sus ahorros cada vez también tienen menos valor). En este planteamiento a largo plazo merece la pena tener bienes que no se deprecien, como hasta antes del combo euro-burbuja inmobiliaria: es decir, ladrillo a tocateja. Pero ya no estamos en esa época. Además, la mayoría no podemos abarcar el ladrillo a tocateja y mediante crédito actualmente es un completo error (ver más adelante). En cualquier caso el ladrillo como inversión presupone que el precio ha de seguir a la inflación de la moneda. Esto, actualmente, no es así sino todo lo contrario pues están claramente desligados. Así aunque haya inflación alta comprar ladrillo no es una salida inteligente.
En teoría en España la "inflación alta" ha dejado de ser posible porque estamos en el euro y no podemos inflacionar/devaluar a nuestro antojo/costumbre. Ahora bien, esta inflación puede venir de otras partes. Alemania es anti-inflación y Alemania manda mucho en Europa. Pero si se siguen destapando agujeros de deuda hay quien opina que al final le darán a la impresora. Eso significa que la deuda la pagaremos entre todos con pequeños mordisquitos inflacionarios a nuestros ahorros. O no tan pequeños. Y siempre que sigamos en Europa. Otras posibilidades son que el dólar USA hiperinflacione y en esto arrastre al euro de forma colateral.
El modus operandi más sencillo es el de la conocida "impresora de billetes". Los ahorros en dinero pierden valor como en los años ochenta. Los endeudados son los más beneficiados (su deuda cada vez tiene menos valor) y los ahorradores salen claramente perjudicados (sus ahorros cada vez también tienen menos valor). En este planteamiento a largo plazo merece la pena tener bienes que no se deprecien, como hasta antes del combo euro-burbuja inmobiliaria: es decir, ladrillo a tocateja. Pero ya no estamos en esa época. Además, la mayoría no podemos abarcar el ladrillo a tocateja y mediante crédito actualmente es un completo error (ver más adelante). En cualquier caso el ladrillo como inversión presupone que el precio ha de seguir a la inflación de la moneda. Esto, actualmente, no es así sino todo lo contrario pues están claramente desligados. Así aunque haya inflación alta comprar ladrillo no es una salida inteligente.
En teoría en España la "inflación alta" ha dejado de ser posible porque estamos en el euro y no podemos inflacionar/devaluar a nuestro antojo/costumbre. Ahora bien, esta inflación puede venir de otras partes. Alemania es anti-inflación y Alemania manda mucho en Europa. Pero si se siguen destapando agujeros de deuda hay quien opina que al final le darán a la impresora. Eso significa que la deuda la pagaremos entre todos con pequeños mordisquitos inflacionarios a nuestros ahorros. O no tan pequeños. Y siempre que sigamos en Europa. Otras posibilidades son que el dólar USA hiperinflacione y en esto arrastre al euro de forma colateral.
Actualmente y con el panorama laboral que tenemos si hay inflación alta perdemos todos salvo aquellos que hayan "ahorrado" (que no invertido, este hilo no es para invertir sino para proteger) en algo que conserve su valor: tradicionalmente metales preciosos (oro y en menor medida plata), monedas "estables" y bonos del tesoro americano (eso dicen). Hay quien habla de ciertos valores de bolsa, pero la bolsa es solo para entendidos. A todos les daremos un repaso pero decidirse es cuestión personal, siempre.
Hiperinflación.
Por encima de lo anterior. El problema en caso de hiperinflación no es mantener los ahorros o una inversión rentable, sino que esta nos ayude a subsistir porque de un día para otro lo cobrado con nuestro trabajo no llega para comer.
Los ahorros pasan a valer una ínfima parte. Es decir, ahorrar es una estupidez para un caso de hiperinflación salvo que se haya encontrado algún "refugio".
Tener ladrillo tampoco compensaría tanto porque no se come, es poco líquido y nada fraccionario. Además posiblemente tendrán unos costes (ver lugares comunes) disparados de mantenimiento que el propio ladrillo no genera para cubrir. Requiere de otros ingresos complementarios.
Según algunas escuelas de economistas frente a la hiperinflación solo caben ahorros en posesiones fácilmente canjeables y que su valor de mercado aumente a la par que la inflación de precios: oro y plata. Básicamente porque el ahorro será necesario para subsistir día a día. Por tanto, preferiblemente posesión física, nada de papelitos de propiedad.
En caso de hiperinflación también es razonable disponer de tierras fértiles de labor. Suben los productos de alimentación, así que para autoabastecerse e incluso para hacer fortuna. El problema de esto es que es fácil de decir pero difícil de hacer. Para empezar es necesario entender el oficio, estar encima (si se vuelven muy valiosas las cosechas habrá que protegerlas) y requiere una inversión importante en equipamiento. Para el común de los mortales no es una opción real salvo que ya esté relacionado al agro. Aunque a pequeña escala y para autoabastecimiento puede ser muy útil. (Más adelante trataremos más este tema. Enseñando los conocimientos necesarios).
Por encima de lo anterior. El problema en caso de hiperinflación no es mantener los ahorros o una inversión rentable, sino que esta nos ayude a subsistir porque de un día para otro lo cobrado con nuestro trabajo no llega para comer.
Los ahorros pasan a valer una ínfima parte. Es decir, ahorrar es una estupidez para un caso de hiperinflación salvo que se haya encontrado algún "refugio".
Tener ladrillo tampoco compensaría tanto porque no se come, es poco líquido y nada fraccionario. Además posiblemente tendrán unos costes (ver lugares comunes) disparados de mantenimiento que el propio ladrillo no genera para cubrir. Requiere de otros ingresos complementarios.
Según algunas escuelas de economistas frente a la hiperinflación solo caben ahorros en posesiones fácilmente canjeables y que su valor de mercado aumente a la par que la inflación de precios: oro y plata. Básicamente porque el ahorro será necesario para subsistir día a día. Por tanto, preferiblemente posesión física, nada de papelitos de propiedad.
En caso de hiperinflación también es razonable disponer de tierras fértiles de labor. Suben los productos de alimentación, así que para autoabastecerse e incluso para hacer fortuna. El problema de esto es que es fácil de decir pero difícil de hacer. Para empezar es necesario entender el oficio, estar encima (si se vuelven muy valiosas las cosechas habrá que protegerlas) y requiere una inversión importante en equipamiento. Para el común de los mortales no es una opción real salvo que ya esté relacionado al agro. Aunque a pequeña escala y para autoabastecimiento puede ser muy útil. (Más adelante trataremos más este tema. Enseñando los conocimientos necesarios).
Deflación.
Aquí pasaría en teoría todo lo contrario, los ahorros pasarían a tener mayor poder adquisitivo. Sobre el papel estupendo. Aunque puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costos fijos (entendiendo que el precio ya no alcanza para pagar los costes variables), por lo que bajan los precios. Con los precios bajando de forma generalizada, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. A grandes rasgos viene a decir que si los precios se prevé que bajen la gente gasta menos, esto al final destruye empleos, por lo que la gente tiene menos para gastar, los precios bajan aún más y por lo visto es muy difícil de romper ese círculo.
Así que en caso de deflación el punto clave está en si se podrá mantener el empleo. El que pueda conservarlo sale ganando, aunque le bajen el sueldo, porque todo está más barato.
Pero una gran mayoría pierde el puesto de trabajo y cada vez hay menos. Esto tal vez no nos afecte directamente, pero por probabilidad afectará a alguien cercano (pareja, familia, ...) y al ayudarles nos afectará igualmente.
Eso sí, el que tenga una deuda está realmente jodido. Todo baja menos su deuda, incluida su capacidad de ganar dinero, con lo que le cuesta más. Por eso lo más importante en un escenario de deflación es deber lo mínimo posible y amortizar todo lo posible y comprar solo lo REALMENTE necesario. Pero necesario de verdad, nada de consumismo para proyectar de ego.
Aquí lo mejor es tener ahorros, cuantos más mejor, cuanto más disponibles mejor. Supuestamente saldrán chollos en muchos campos. El más evidente es el de la vivienda. Aún así ya tenemos un ejemplo: nadie compra porque todo el mundo (que puede comprar) espera que siga bajando.
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